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¿Castigo al acoso o cacería de brujas?

Fernanda Hurtado Gerente general, Fundación Generación Empresarial

Por: Fernanda Hurtado | Publicado: Viernes 16 de junio de 2023 a las 04:00 hrs.
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Fernanda Hurtado

Las conductas de acoso deben ser erradicadas de las organizaciones, no solo porque atentan contra la integridad de las personas, sino que crean ambientes tóxicos donde terminan dañados equipos completos.

Para poner fin a este tipo de conductas, es fundamental incorporar herramientas de prevención, tales como las líneas de denuncias, así como protocolos claros y ampliamente difundidos para enfrentar este tipo de problemas. Sin embargo, así como es una necesidad ineludible implementar mecanismos que prevengan el abuso o el acoso, es indispensable canalizar las denuncias con el debido proceso.

“Así como es una necesidad ineludible implementar mecanismos que prevengan el abuso o el acoso, también es indispensable canalizar las denuncias con el debido proceso. Nada de esto se vio en la salida del exsubsecretario de Previsión Social”.

Lamentablemente, nada de esto hemos visto en la salida del exsubsecretario de Previsión Social, Christian Larraín. Su “renuncia” fue anunciada un viernes en la tarde y luego, por filtraciones, se tuvo mayores antecedentes de lo que la habría originado. Un medio publicó que se le había pedido la renuncia luego de un “una denuncia de acoso sexual”, situación en extremo grave. Al parecer, sin tener los antecedentes a la vista, el referido funcionario habría sido obligado a dejar su puesto.

Las declaraciones posteriores de las autoridades no hicieron más que empañar este caso. La ministra del Trabajo habló posteriormente de “conductas no del todo positivas” o de que el exsubsecretario habría perdido la confianza del Presidente. Además, se han conocido las diferencias que habría tenido con la ministra, a raíz de declaraciones con matices respecto a la reforma de pensiones.

El anuncio del Gobierno de realizar un sumario sobre el caso quedó trunco al intentar iniciarlo posterior a su salida. Es decir, al menos desde el punto de vista administrativo no se podrá establecer la veracidad de las eventuales acusaciones.

¿Por qué este caso debe ser ejemplarizador? De ser falsas las acusaciones, se daña injustamente la honra de una persona, sin darle posibilidad de defenderse. Pero, además, decisiones que se toman sin todos los antecedentes, podrían crear incentivos para denuncias falsas en el futuro, con el objetivo de perjudicar personal o políticamente a alguna autoridad o ejecutivo.

Es evidente que una persona que pierde la confianza del Presidente, por las razones que sean, debe salir de su cargo. Es una regla conocida de quienes entran a la política o a cualquier otro organismo del Estado. Lo que no es aceptable es que, ante eventuales acusaciones, no se le permita al aludido el tiempo y las condiciones para presentar su defensa.

En los tiempos de la Inquisición las personas podían denunciar a sus enemigos o rivales, a menudo con el fin de obtener ventajas o simplemente por venganza. Las acusaciones falsas de brujería eran respaldadas por supuestas pruebas y testimonios, aunque en realidad se basaban en rumores o chismes. Estas injustas prácticas violaban los principios más básicos de la justicia. Las herramientas de denuncias actuales deben necesariamente abrir una investigación objetiva y permitirle al acusado un debido proceso. De lo contrario, transformaremos a las organizaciones en una verdadera cacería de brujas.

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